Chihuahua, San José y El Paso, a 24 de
junio de 2019.- El día
de hoy, el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), el Centro por la
Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la organización Mexicanos y
Mexicanas en el Exilio (Mex-en-Ex), presentaron ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) el caso de Marisela Escobedo Ortiz, quien fue
asesinada por exigir justicia por el feminicidio de su hija Rubí Frayre
Escobedo.
A
partir de la solicitud al órgano interamericano, las organizaciones y la
familia de Marisela buscan superar los obstáculos impuestos en México en la
búsqueda de justicia y en evitar que situaciones de esta naturaleza se
presenten.
La
petición emitida a la CIDH permitirá al Sistema Interamericano de Derechos
Humanos documentar las violaciones de derechos humanos cometidas contra Rubí, Marisela y 17 miembros de su
familia. Entre ellas cuentan la falta de protección que desencadenó la
violencia machista en su contra y el posterior asesinato y desaparición de la
joven; la falta de investigación de estos hechos. A esto se suma la falta de
garantías para que Marisela Escobedo ejerciera su rol de defensora de derechos
humanos de manera segura, lo que facilitó su asesinato y desencadenó el desplazamiento
forzado de su familia.
“El
gobierno no estaba dispuesto a actuar con la verdad. Fue algo duro de digerir,
lo hicimos y buscamos otras vías, como la de hoy, de presentar el caso,
esperando que la CIDH lo va a recibir y procesar. Tenemos la verdad de nuestro
lado, seguimos siendo víctimas, nos tocó vivir esto, uno de los casos más
delicados del país, pero acá seguimos adelante”, expresó Juan Manuel Frayre
Escobedo, el hijo de Marisela Escobedo, quien se encuentra asilado por la
violencia de la que han sido víctimas.
“El
Estado mexicano tiene una deuda profunda con Marisela Escobedo, y a través de
ella, con las mujeres del país. A 8 años de su muerte elevamos nuestra
solicitud al más alto órgano de derechos humanos de la región, en busca de la
justicia que México le ha denegado a Marisela, Rubí y su familia”, declaró Claudia
Paz y Paz, directora del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional
(CEJIL) para Centroamérica y México.
La
directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), Ruth Fierro, señaló
que esta petición busca, además de justicia, verdad y reparación en el caso de
la familia Escobedo, la adopción de medidas estructurales en México para
garantizar el derecho de las niñas y mujeres a una vida libre de violencia, así
como el derecho del acceso a la justicia y protección adecuada del Estado para
personas defensoras de derechos humanos en situaciones de riesgo.
A la
fecha, han pasado 3.953 días sin justicia para Rubí y 3.112 para Marisela. Con
una alta incidencia en violencia familiar, sexual, desapariciones y homicidios,
el estado de Chihuahua se encuentra entre los cinco primeros lugares en
violencia de género y entre las 10 entidades con el mayor número de
feminicidios en el país. En añadidura, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Chihuahua
fue el tercer estado más peligroso para ejercer la defensa de los derechos
humanos en México, con 17 homicidios de personas defensoras registrados, sólo por
debajo de Guerrero y Oaxaca.
Las
organizaciones solicitan que se declare que el Estado mexicano es
internacionalmente responsable por las violaciones, omisiones, negligencias e
impunidad que derivaron en el asesinato de Marisela Escobedo, el feminicidio de
su hija Rubí y el desplazamiento de la familia a Estados Unidos.
ANTECEDENTES DEL CASO:
Rubí,
de 16 años, desapareció a fines de agosto de 2008. Ante la falta de
antecedentes, su madre, Marisela Escobedo, dejó todo para convertirse en investigadora
y defensora de derechos humanos. A partir de los antecedentes que recabó de
manera independiente, se determinó que Rubí fue asesinada por su pareja
sentimental, Sergio Rafael Barraza Bocanegra, quien por entonces ya había huido
de Chihuahua.
Pese
a ello, el proceso judicial terminó absolviendo a Barraza. Aunque en segunda
instancia se logró una sentencia condenatoria, Sergio ya había huido. Fue
entonces que Marisela comenzó una lucha incansable para exigir la aprehensión
del asesino de su hija y emprendió una serie de acciones para conseguirla.
El
16 de diciembre de 2010, mientras demandaba el esclarecimiento del feminicidio de Rubí,
fue encañonada por un arma de fuego que le dio muerte frente al Palacio de
Gobierno de Chihuahua, y en presencia de su familia.
Luego
de su asesinato, el riesgo se extendió a la familia: su cuñado Manuel Monge fue
asesinado y su familia nuclear tuvo que huir de México y actualmente se
encuentran en proceso de solicitud de asilo político, problemática que tampoco
ha sido atendida por parte del Estado mexicano.
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