Al
día de ayer, se cumplieron 3,653 días sin justicia para Marisela y 4,494 para Rubí.
Como
lo hemos hecho en los últimos 9 años, el día de ayer recordamos la lucha de
Marisela y la deuda de justicia que existe para miles de mujeres en este país;
sin embargo, debido a la situación
que vivimos actualmente a causa del COVDI-19 no pudimos reunirnos físicamente
y lo hicimos de forma virtual y buscamos reivindicar la lucha de Marisela Escobedo quien
dio su vida con la esperanza de que el feminicidio de su hija Rubí Fraire fuera el último en Chihuahua y
en México.
El primer acto tuvo lugar a las 8:00 horas en
donde las Mujeres de Negro colocaron una ofrenda de flores en la placa colocada
en el lugar donde cayera Marisela Escobedo antes de morir; las Mujeres de Negro
son un importante precedente en la región latinoamericana que lograron hacer
visible el tema de la violencia feminicida en Chihuahua.
A las 10:00 horas tuvimos la oportunidad de
escuchar a Jessica, Juan Manuel y Alejandro Fraire, hija e hijos de Marisela
Escobedo quienes de forma contundente reclamaron justicia para el caso de su
madre, haciendo énfasis en que existen elementos suficientes para investigar a
los verdaderos asesinos de su madre. Por otro lado, las organizaciones que les
acompañamos en su demanda de justicia frente al Sistema Interamericano de
Derechos Humanos, hicimos énfasis en la importancia de que el estado Mexicano,
adopte medidas suficientes, adecuadas y oportunas para evitar que casos como
los de Rubí y Marisela no se repitan.
La conmemoración culminó con el evento
transmitido virtualmente a la 18:00
horas En donde se contó con la
participación de Luz Estela (Lucha) Castro quien tuvo a su cargo el
posicionamiento de las organizaciones y resaltó que aún queda mucho camino por
recorrer para lograr que el estado Mexicano responda de forma adecuada a las
víctimas de violencia en México; de igual forma se contó con la participación
de Narce Dalia, Lavinia Ekaterina, Vivir Quintana y Alejandro Fraire quienes
compartieron su arte como instrumento de denuncia e indignación colectiva.
Asimismo, en este décimo aniversario, se
entregaron en diferentes lugares de México y el mundo, una carta con las
principales demandas de la familia de Rubí y Marisela, así como de las
organizaciones que les acompañamos en la demanda de justicia en el ámbito
internacional.
Este año hemos conmemorado su asesinato de una manera muy diferente, debido a las circunstancias. Esta tarde fueron encendidas más de cuatro mil veladoras alrededor del Palacio de Gobierno y de la placa que honra su lucha, cada una de las cuales simboliza la indignación, la solidaridad, la impotencia y sobre todo la esperanza de que un México más justo e igualitario es posible.
A 10 años del vergonzoso asesinato de Marisela Escobedo,
organizaciones y colectivas:
- Demandamos se realice una investigación oficiosa, imparcial, exhaustiva y diligente sobre el asesinato de Marisela Escobedo que permanece impune;
- Exigimos una investigación eficaz sobre las acciones u omisiones que llevaron a la familia de Marisela Escobedo a solicitar asilo político en otro país.
- Demandamos la adopción de todas las medidas
necesarias para erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes
en México, tal como lo establecen los tratados internacionales de los que
nuestro país es parte.
- Seguiremos insistiendo en la necesidad de fortalecer la política
pública para proteger a las personas defensoras de derechos humanos, que
implica necesariamente destinar los recursos suficientes y adoptar medidas que
garanticen que podamos seguir realizando nuestra labor en condiciones de
libertad y seguridad.
- En general, demandamos el cumplimiento de
las recomendaciones de organismos internacionales de protección de
derechos humanos que nos presentan una ruta para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra niñas y mujeres en el
Chihuahua y en México.
¡Porque
Justicia para Marisela Escobedo es Justicia para Todas y Todos!
Antecedentes
Marisela tenía 52 años cuando fue cobardemente asesinada. Hasta sus 48 años, se había dedicada a sus hijos e hijas, a su vocación de enfermera y siguiendo su espíritu de emprendedora. Fueron los últimos cuatro años de su vida, los que marcaron para siempre la historia de Chihuahua, del sistema penal acusatorio en México y los que evidenciaron al mundo la impunidad imperante en nuestro país.
Marisela se convirtió en la principal investigadora de la desaparición de su hija Rubí Marisol Fraire Escobedo ocurrida en agosto de 2008. Gracias a las evidencias recabadas por ella, se pudo determinar que Rubí fue asesinada por su pareja, Sergio Rafael Barraza Bocanegra quien ya había huido de Chihuahua; Marisela logró ubicarlo y gracias a esto pudo ser detenido para enfrentar un juicio en el recién estrenado Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Durante la declaración de Marisela en el juicio contra Sergio, explicó que estaba ahí porque quería que el feminicidio de su hija fuera el último en Chihuahua. El Tribunal absolvió y liberó al asesino confeso.
En segunda instancia, se logró una sentencia condenatoria, pero Sergio Rafael ya no estaba detenido, entonces Marisela comenzó una tenaz lucha para exigir la aprehensión del asesino de su hija.
Recorrió el país, encabezó marchas, realizó múltiples protestas, se reunió con autoridades de diferentes niveles, encontró por su cuenta a Sergio en tres ocasiones y demandó su detención, confrontó al Gobernador, denunció la colusión entre autoridades y el narcotráfico, enfrentó amenazas de muerte de la familia del asesino, advirtió que sería asesinada si no hacían nada para protegerla y que su muerte sería la vergüenza del Gobierno.
La noche del 16 de diciembre de 2010,
Marisela Escobedo Ortiz fue asesinada en las puertas del Palacio de Gobierno de
Chihuahua.
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