Al actual Gobernador del Estado y al que resulte electo.
A la sociedad civil en general y a los medios de comunicación.
Reunidos en nuestra reciente Asamblea Diocesana los sacerdotes,
religiosas, religiosos, laicos y laicas que trabajamos en la Diócesis de
Tarahumara queremos hacer la siguiente denuncia pública:
Hace más de 16 años expresábamos claramente nuestra inconformidad
ante el atentado contra la vida que sufrían todos los habitantes de la
Sierra Tarahumara, una preocupación que sigue vigente debido a la
explotación irracional del bosque. En aquel tiempo decíamos que se ha
llegado al punto de no retorno, es decir, si damos un paso más allá en esta
situación de desgaste ecológico no se podrá nunca más detener la
desertificación y ahora lo estamos constatando a pesar de los esfuerzos que
se han hecho (Cfr. Declaración en torno a la explotación forestal. Diócesis
de Tarahumara, 29 de Marzo del 2000).
Hoy, más que en todos los años anteriores, vemos una explotación irracional del bosque, inconsciente, criminal y seguramente irreversible en gran parte de la Sierra Tarahumara por sus consecuencias en el entorno, especialmente en la captación del agua que nutre las cuencas hidrológicas que abastecen gran parte de los Estados de Chihuahua, Sinaloa, Sonora y la del Río Conchos hacia el Golfo de México.
Se ha acrecentado la explotación del bosque de una manera intensa y lo
vemos constantemente por los caminos de la Sierra: ya se perdió la
vergüenza y la discreción al hacer lo ilícito. Ahora vemos con gran dolor
que de manera descarada se da la explotación sin ningún control de los
recursos forestales, burlando todas las medidas legales que antaño
regulaban la tala de pinos para evitar la devastación del bosque, hasta
llegar al colmo con los incendios provocados por manos criminales para
ocultar su saqueo.
Aunado a esta realidad de devastación ambiental que hemos expuesto, el
Sistema Ejidal ofrece escasa protección al territorio ancestral y a los bienes
naturales, los bosques, plantas, animales silvestres y agua de los cuales
los pueblos tarahumar (rarámuri) y tepehuán (ódame) han vivido.
La codicia de unos pocos beneficiados y la impunidad ambiental han
llevado a que además de lo anterior, cada día la delincuencia organizada se
adueñe de predios y aserraderos, y la madera extraída circule amparada
con permisos ilegítimos.
Frente a estos hechos, como Diócesis de Tarahumara y junto con los
pueblos indígenas y mestizos, hemos buscado caminos que generen la
sustentabilidad de los bosques. Sin embargo, al sistema económico global
esta opción no le reditúa y sigue imponiendo proyectos extractivos que
dañan a los ecosistemas.
Ante esta situación los pueblos indígenas, que han aprendido de la
historia a no confrontar de forma directa, responden de manera amable a
los embates del gobierno y los empresarios, cosa que se interpreta como
indiferencia y capitalizan para justificar el despojo.
Sin embargo, los pueblos originarios viven y guardan una propuesta
mística de la vida: buscan la armonía en todo, el respeto hacia todos y
tienen una relación íntima con la naturaleza. De acuerdo a su cosmovisión
todo tiene vida consciente: el aguaje siente, el pino sufre, los animales
dialogan, las estrellas nos miran y hay seres vivos no visibles para
nosotros, que somos tan dados a una compresión parcial de la vida.
Hemos amenazado de muerte a la madre tierra que nos da vida con
nuestro dualismo occidental que separa siempre las cosas sin entender
que todos somos una unidad. Esta situación nos recuerda que debemos
ser conscientes de que la vida es un regalo que se cuida entre todos, por
esto, invitamos a que procuremos por los medios que estén a nuestro
alcance a cuidar del bosque de la Sierra Tarahumara, de manera que
subsista para las siguientes generaciones. Que nos sumemos en construir
propuestas para el cuidado responsable de nuestro ecosistema, que es
patrimonio común de quienes queremos vivir con sentido y esperanza
porque sabemos que este mundo es un encargo que Dios nos da para
cuidar la vida.
Por eso exigimos a las autoridades:
Que pongan un alto a la tala ilegal y a la impunidad ambiental.
Que investiguen y sancionen a los responsables.
Mayor información y/o apoyo: cuidemosbosquetarahumara@gmail.com
Firmas que apoyan y avalan esta denuncia
por parte de la Diócesis de la Tarahumara
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