A
la Opinión Pública, al Ejecutivo Federal, Legisladores y Gobernadores, a la
República:
Las organizaciones de productores del campo y
representantes populares de todas las corrientes políticas, en un ambiente de
pluralidad y construcción de acuerdos, hacemos el llamado desde el norte de
México, donde empieza la patria a enfrentar con acciones concertadas, certeras
y contundentes la emergencia agroalimentaria y ambiental.
Las catástrofes naturales que padecemos con todas sus secuelas, provocadas por el cambio
climático hacen imperativo tomar medidas
de emergencia que conduzcan también a un cambio profundo en la política del
campo y de los esquemas productivos. Es impostergable atacar las causas que han conducido al
incremento de precios de los alimentos y energéticos, a la degradación de los
recursos naturales y al calentamiento ambiental, que son críticos para el
desarrollo sustentable y afectan más a las regiones marginadas de la economía y
la geografía, como las nuestras.
El norte del país ha sido punta de lanza de grandes
movimientos sociales y cambios históricos. Hoy,
por ser la región más afectada por la contingencia climática demandamos
construir las bases del sistema alimentario y de desarrollo rural del nuevo
siglo, con políticas, tanto de atención a la emergencia, como de mediano y
largo plazo que cimenten un desarrollo rural con sustentabilidad, y una
relación diferente con la naturaleza como política de Estado.
POLITICAS
DE IMPLEMENTACION INMEDIATA:
1. Atender la emergencia:
·
La primera línea de acción es la
respuesta urgente a los requerimientos de las comunidades afectadas para
afrontar el hambre y la malnutrición. Es necesario garantizar el apoyo alimentario
a la población más vulnerable, vinculando
el apoyo alimentario al desarrollo del empleo comunitario, respetando la
organización de las comunidades, con la claridad de que no es ayuda
asistencial, sino el detonante para la reactivación de la producción rural y
acciones contra el cambio climático, utilizando
los apoyos alimentarios para realizar obras de mitigación, adaptación y
prevención, complementando los ingresos de las regiones más vulnerables con el
programa del empleo temporal de las familias de la sierra y el desierto.
·
Un asunto prioritario es reactivar
las zonas de temporal del estado mediante la entrega anticipada en el primer
trimestre de los recursos de los programas normales de 2012, tales como
PROCAMPO, PROGAN, PROARBOL, Diesel agropecuario y COUSSA, entre otros.
·
Es urgente incrementar las formas
de captar agua y promover los sistemas de producción adecuados a la región,
promoviendo la integración de la agricultura y la ganadería, de la producción
primaria, la industria y el comercio alimentario, mediante el reordenamiento de
los programas rurales con la concurrencia de los diversos órdenes de gobierno y
la participación activa de la sociedad rural.
·
Las organizaciones regionales que
posean mecanismos de emergencia para la seguridad alimentaria, deben ampliar su
colaboración con el fin de hacer frente con eficacia a la escasez de alimentos
y el aumento de sus precios. Se requiere la sinergia entre los esfuerzos de las
organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales, así como de la población en general mediante la solidaridad en
el acopio y entrega expedita. de alimentos, evitando el uso electoral de los
recursos.
·
La política de seguridad
alimentaria debe ser permanente, con un compromiso fuerte de los gobiernos y de
todas las partes interesadas
2.
Apoyo
inmediato a la producción y el comercio agrícolas, como factor clave de
estabilidad social
·
Todas las organizaciones
pertinentes deben prestar asistencia a las regiones afectadas, a fin de
introducir las políticas y medidas para impulsar a los agricultores, en
particular los productores en pequeña escala, por medio de sistemas y servicios
que den acceso a las semillas, fertilizantes, forrajes y otros insumos
apropiados y adaptados al medio local, así como asistencia técnica para
incrementar la producción.
·
Se requiere mejorar la capacidad de
almacenamiento y distribución de insumos y productos agropecuarios y reforzar
la gestión del riesgo de la seguridad alimentaria en las regiones, creando una
reserva estratégica de alimentos.
POLITICAS DE
MEDIANO Y LARGO PLAZO
Es necesario combinar las acciones inmediatas con las
políticas de mediano y largo plazo porque la crisis actual ha puesto de
manifiesto la fragilidad de los sistemas alimentarios y su vulnerabilidad ante
las situaciones críticas. Por eso instamos a los gobiernos, a las instituciones
financieras y a otros organismos pertinentes:
·
A asumir con plenitud un marco de
políticas centrado en las personas, favorable a los pobres de las zonas rurales
y urbanas, a desarrollar los medios de vida de las comunidades e incrementar la
inversión en agricultura. Todo esto con el fin de aumentar la resistencia de los actuales
sistemas de producción y especies, ante los desafíos planteados por el cambio
climático, mediante el desarrollo tecnológico y variedades adaptadas a las
condiciones regionales, con el fin de lograr más producción con menos agua.
·
A asignar la prioridad apropiada a
los sectores agrícola, pecuario, forestal y pesquero, con el fin de crear
oportunidades que permitan a los productores en pequeña escala, y en particular
en zonas vulnerables, la participación en los mecanismos financieros y flujos
de inversión dirigidos a la adaptación,
la mitigación y el desarrollo, transferencia y difusión de tecnología en
relación a la producción alimentaria y el cambio climático.
·
A integrar los programas rurales y
ambientales para que los sistemas agrícolas y prácticas de ordemiento forestal
sostenible contribuyan positivamente a la mitigación del cambio climático y al
equilibrio ecológico y conservación de la biodiversidad
·
A reconocer como propósito esencial
los diversos sistemas productivos del país. La falta de comprensión de la
realidad regional ha hecho al Gobierno Federal un obstáculo para la eficiente
administración territorial de esta parte de la geografía nacional, por las
normas de operación centralistas diseñadas para condiciones distintas a nuestra
realidad. No se puede tener una política rural igual por sus diferencias
climáticas sustanciales.
Es el momento de organizar la Política Rural de
Aridoamérica en forma descentralizada, mediante la vinculación de políticas de
las entidades desérticas del país, en las áridas regiones de la América del
Norte. Con este enfoque, es necesario hacer el cambio de infraestructura
productiva para adaptarlo a las condiciones del siglo XXI, mediante la
tecnificación de riego, la sustitución de sistemas de energía, obras de
captación de agua de la escasa lluvia, para reactivar la ganadería social, la
reconversión productiva, el desarrollo de nuevas actividades económicas
rurales, como el turismo ecológico, el desarrollo cinegético y en general la
agregación de valor a los productos rurales.
En esta nueva y tal vez primera política rural y
ambiental específica para Aridoamérica, las organizaciones de productores
rurales son actores principales en su diseño e implementación.
Salimos de
Chihuahua al centro del país en una jornada de movilización, para poner en el
debate nacional el tema del cambio climático y la transformación de los
sistemas que impactan a la producción rural, porque hasta el momento no se han
materializado las políticas para atender la emergencia alimentaria ni la
problemática regional ocasionada por el cambio climático que demanda la
transformación de la agricultura del desierto.
SALVEMOS LA
AGRICULTURA DE ARIDOAMÉRICA PARA GARANTIZAR LA PRODUCCIÓN SUSTENTABLE DE
ALIMENTOS A PRECIOS JUSTOS PARA LOS PRODUCTORES Y CONSUMIDORES
¡¡¡UNIDOS POR ALIMENTACION DE CALIDAD PARA TODO MÉXICO Y CONTRA
LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO!!!
Indignad@s del campo
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