9 de mayo 2014, Cuauhtémoc, Chih.- En el marco de celebración del día de
la madre, familiares de personas desaparecidas se reunieron en la Catedral de
Ciudad Cuauhtémoc, lugar emblemático por la numerosa cantidad de personas
desaparecidas en Chihuahua, para dar inicio a la caravana a la Ciudad de México
donde se llevará a cabo el sábado 10 de mayo la Marcha de la Dignidad Nacional,
donde madres y familiares de 15 estados de la República exigirán a las
autoridades verdad y justicia para sus hijos e hijas desaparecidas.
"Ustedes llevan la tragedia de nuestra comunidad, de hacer un
memorial con las aflicciones que viven al tener una persona desaparecida en su
familia y la fuerza de proclamar la justicia", enfatizó el Pbro. Camilo
Daniel en un mensaje de acompañamiento que brindó a las familias antes de
partir a la Ciudad de Chihuahua. La caravana llegó al Memorial de los Símbolos
de la Injusticia en la Plaza Hidalgo de la capital, donde fueron recibidas por
organizaciones sociales y madres de esta localidad que se integraron a la
caravana.
En ese lugar, se sumó otra madre que tampoco tiene
motivos de festejo: Arséne van Nierop, madre de Hester van Nierop, joven
holandesa asesinada en Ciudad Juárez en septiembre de 1998. Dentro de la
campaña ni una más las queremos vivas, invitó a las madres que viajan a la
Ciudad de México a poner una ofrenda floral en la placa de Marisela
Escobedo otra madre que fue asesinada a las puertas del Palacio de Gobierno,
exigiendo justicia por el feminicidio de su hija Rubí. Arséne les manifestó su
solidaridad y les animó a continuar luchando con esperanza. Una vez colocado el
ramo, decenas de globos blancos fueron liberados por niños y jóvenes como un
símbolo de esperanza.
Mientras que en Chihuahua se han dado
diversos actos de conmemoración del día de la madre en donde se han entregado
enceres domésticos, muchas madres de Chihuahua y del país vuelven a marchar con
dignidad un año más a la Ciudad de México exigiendo conocer el paradero de sus
seres queridos y demandando la justicia a que tienen derecho. Esa justicia, que
día a día les es negada, se agrava el día de hoy en el que muchas de ellas
esperan que la pesadilla y tortura que viven continuamente cese para que el 10
de mayo vuelva a ser un día de festejo para todas.
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