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En visita No Oficial la Relatora,
en compañía de la Dra. Alda Facio, Experta del Grupo de Trabajo de Naciones
Unidas sobre la discriminación contra la Mujer en la legislación y en la
práctica se reunirán con OSC.
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Su visita se lleva a cabo en un
contexto de incremento de la violencia contra las mujeres.
Organizaciones
de la Sociedad Civil (OSC) feministas, de derechos humanos, defensoras de
derechos humanos y mujeres sobrevivientes de violencia, se reunirán el 9 y 10
de julio, con la Relatora Especial sobre la Violencia contra la Mujer, sus
causas y consecuencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Sra. Rashida
Manjoo, durante su visita no oficial a nuestro país.
A
la visita se une la experta del Grupo de Trabajo sobre la cuestión de la
discriminación contra la mujer en la legislación y en la práctica de la ONU,
Sra. Alda Facio, frente a quienes durante dos días de trabajo se expondrán los
rezagos en materia de violencia contra las mujeres que persisten en nuestro
país y el trabajo que las organizaciones de la sociedad han llevado a cabo luego
de la última visita de la relatora y posterior publicación de su informe
“Integración de los Derechos Humanos de la Mujer y la Perspectiva de Género: la
violencia contra la mujer. Misión a México”, del 13 de enero del 2006.
En
dicho informe, se señala que “la
violencia contra la mujer en México puede describirse como la punta de un
iceberg que oculta bajo la superficie problemas sistémicos más complejos que
sólo pueden entenderse en el contexto de, por un lado, una desigualdad de
género arraigada en la sociedad y, por el otro, un sistema jurídico y de
gobierno dividido en varios niveles que no responde con eficacia a los delitos
de violencia, incluida la violencia de género.”[1]
Asimismo, el informe destaca que los altos niveles de violencia contra la
mujer son al mismo tiempo consecuencia y síntoma de la generalización de la
discriminación y la desigualdad por motivos de género que se
vinculan con otras formas de
discriminación como
el origen nacional, etnia o condición socioeconómica que van asociados a una
falta de acceso equitativo a la protección del Estado, por lo que algunos
grupos de mujeres – sobre todo las migrantes,
quienes viven en condiciones de pobreza y las indígenas –son particularmente
más vulnerables a la violencia.[2]
Por
lo anterior, entre la medidas que la relatora solicitó adoptar al Estado
mexicano para revertir esta situación destacaron: 1. Poner fin a la impunidad de los actos de violencia cometidos contra
la mujer; 2. Investigar y encausar a los
autores de tales actos, especialmente en el Estado de Chihuahua; 3. Prestar
servicios de protección y apoyo; 4. Crear una base de información y
conocimientos que tenga en cuenta las cuestiones de género; 5. Reforzar las
infraestructuras institucionales para el adelanto de la mujer; y 6 Promover
programas operaciones, de capacitación y de sensibilización.
Sin
embrago, tras 8 años de publicarse este informe, si bien se han adoptado algunas reformas en materia legislativa, éstas no han
redundado en cambios estructurales, tanto a nivel de prevención como de
investigación y sanción, a favor de los derechos humanos de las mujeres y el
acceso a una vida libre de violencia. Ejemplo de ello es el incremento de la
violencia contra las mujeres, en cualquiera de sus manifestaciones y tipos, que
van de la mano de la impunidad. En este marco, sectores específicos de la
población como son las mujeres indígenas, refugiadas, migrantes, campesinas, privadas
de su libertad, niñas, con discapacidad, adultas mayores, desplazadas, siguen
siendo las más afectadas, situación que se agrava respecto de las mujeres que
viven en condiciones de pobreza. A ello, se suman las agresiones y criminalización del trabajo
de las defensoras de derechos humanos y las mujeres periodistas a través de
ataques directos, campañas de difamación
y uso excesivo de la fuerza policial en su contra.
Igualmente,
continúan registrándose feminicidios y otros ataques violentos contra las
mujeres
los cuales se han agravado en algunos estados de la república; las desapariciones y las formas
contemporáneas de esclavitud contra las mujeres y las niñas persisten. Urge
destacar la violencia obstétrica que sufren las mujeres cuando solicitan
atención durante el parto. Por otro lado, es apremiante denunciar que la
violencia doméstica sigue siendo una preocupación, así como la persistencia de
los delitos sexuales y de trata contra las mujeres. Asimismo, resulta urgente priorizar el
registro de la desaparición forzada de mujeres, tanto como la violencia que
enfrentan las mujeres que exigen
justicia por sus familiares que han sido desaparecidos.
Frente
a este contexto, las representantes de las OSC brindarán insumos a las señoras Rashida Manjoo y Alda Facio, que les permitirán
conocer el estado de avance e incumplimiento de las recomendaciones emitidas en
su informe de 2006. Asimismo, se insistirá al Gobierno mexicano en la urgencia
de adoptar medidas y políticas integrales que contrarresten la violencia
estructural contra las mujeres. La
visita de ambas expertas es un llamado directo a los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial a que asuman con seriedad las violencias y violaciones a derechos
humanos contra las mujeres que tanto laceran a nuestra sociedad.
Para mayor información sobre la visita y la agenda de la Relator
JASS
(Asociadas por lo Justo) al correo electrónico:
[1] "Informe de
la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y
consecuencias, Yakin Ertürk". (E/CN.4/2006/61/Add.4). 13 de enero de 2006.
Integración de los Derechos Humanos de la Mujer y la Perspectiva de Género: la
violencia contra la mujer. Misión a México E/CN.4/2006/61/Add.4. Pág. 5
[2] "Informe de
la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y
consecuencias, Yakin Ertürk". (E/CN.4/2006/61/Add.4). 13 de enero de 2006.
Integración de los Derechos Humanos de la Mujer y la Perspectiva de Género: la
violencia contra la mujer. Misión a México E/CN.4/2006/61/Add.4.
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