Por: Víctor M. Quintana S.
A falta de normalistas revoltosos, buenos son los barzonistas…dirán los gatilleros a sueldo de algunas redacciones y el priísmo que piensa que la gobernabilidad sólo es posible en la unanimidad.
Así como a nivel nacional, con fundamento real o inventado, mínimo o máximo, se ha lanzado una campaña de linchamiento mediático contra los normalistas michoacanos y quienes los apoyan, en estas norteñas tierras, la campaña se endereza contra las y los barzonistas chihuahuenses en sus diversas expresiones y formas organizativas. Se comenzó desde el primer nivel del Gobierno del Estado y la prosiguen con peculiar denuedo algunos medios periodísticos impresos.
Parece que la chispa que inició la hoguera propiciatoria fue el que Lucha Castro se atreviera a cuestionar la versión oficial de que “El Wicked” sea el asesino (otro más) de Marisela Escobedo. Esto le valió a la fundadora de Mujeres Barzonistas y directora del Centro de los Derechos Humanos de las Mujeres y las diatribas del Fiscal General y del Secretario de Gobierno.
Los misiles verbales de los funcionarios no fueron más que la versión “reloaded” de la ofensiva que el propio Gobernador desató en mayo pasado contra las organizaciones no gubernamentales. De nuevo se esgrimieron “los intereses oscuros”, el “provecho personal”, etc. etc. contra la abogada, reconocida y premiada nacional e internacionalmente. Manifestó así, el Gobierno del Estado, su incapacidad de ir al núcleo del debate, como lo demandaba la crítica de Lucha Castro, y se pusieron a tejer flojos argumentos “ad hominem”, mejor dicho, “ad mulierem”, dejando sin responder los cuestionamientos torales de la derecho humanista.
Los ataques no pararon ahí, se fueron en contra de los barzonistas y ejidatarios que se oponen a la explotación de la mina “El Cascabel” en el ejido Benito Juárez, municipio de Buenaventura, teatro todavía de la disputa en contra de los aprovechamientos ilegales de las aguas del río del Carmen. En el centro de población, varios asalariados de la mina emboscaron y golpearon a uno de los ejidatarios opositores a la minera y a su hijo, y navajearon a otro. Lejos de amedrentarse los vecinos y ejidatarios que rechazan que sus tierras se conviertan en un páramo desertificado por el cianuro y la minería a cielo abierto, se fueron a la ciudad de Chihuahua a exigir del propio Secretario de Gobierno que garantice la paz y la gobernabilidad en su pueblo y que convoque a las dependencias federales involucradas para demostrarles la serie de falsificaciones y mentiras en que ha incurrido la filial de la trasnacional canadiense Mag Silver. El Secretario de Gobierno se comprometío a celebrar el jueves pasado dicha reunión y a emitir un comunicado en que el Gobierno del Estado reconoce la pluralidad de la sociedad chihuahuense y manifiesta su respeto a ella y su compromiso de no lanzar campañas de linchamiento como la que ya está en curso.
Aun no se publicaba el borrador de dicho manifiesto cuando el tricolor respondió de la manera que mejor maneja: el acarreo. Contrataron varios autobuses para traerse desde Benito Juárez supuestos defensores de la mina, entre los que se contaban sólo cinco ejidatarios. Llegaron al ahora Palacio de la Unanimidad, es decir, al Congreso del Estado, donde los recibió un grupo de diputados priístas que, ahora sí, dejaron de lado el adormilamiento, la abulia, para manifestarles su apoyo. No es la primera vez que los legisladores tricolores actúan no como representantes populares sino como empleados a sueldo de una minera canadiense. Ya lo habían hecho en el verano de 2008, cuando uno de ellos, aliado con los directivos de la empresa Mine Finders se trajo de allá a un grupo de contratistas y concesionarios de la empresa para increpar a los ejidatarios y al que esto escribe, entonces diputado local, por haber osado denunciar los perjuicios ambientales y sociales provocados en el mineral de Dolores, ejido Huizopa.
No termina ahí la campaña antibarzonista. En las más recientes semanas en diversos medios se culpabiliza a los vendedores ambulantes de esta organización de haber invadido diversos puntos de esta ciudad a la que ha costado tanto embellecer con macroplazas, megabalcones y demás. Como si fueran los únicos ambulantes organizados que se han lanzado a las calles en una época en que Chihuahua sigue sin recuperar los empleos que tuvo hace 12 años.
También las encargadas del área de vivienda de esta organización manifiestan que se han agravado en las últimas semanas los desalojos de personas con deudas, ejecutados con lujo de prepotencia por agencias privadas de seguridad. Hasta las abogadas del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, señalan que va en ascenso la actitud hostil de las autoridades judiciales contra las mujeres que se las nombran como coadyuvantes o asesoras en los cada vez más frecuentes casos de violencia de género.
No estamos, pues, ante ataques que por casualidad, se enfoquen a una misma organización. Se trata con toda claridad de desprestigiar a El Barzón, tanto en sus dirigentes como en sus bases; tanto a los campesinos, como a los ambulantes y derechohumanistas. ¿Será porque la capacidad de convocatoria y de protesta de El Barzón rompe el monopolio de control priísta en varios sectores importantes?
Ante una somnolienta y acomodaticia CNC, que no se manifiesta si no hay box lunch y banda musical que la reciba, menos ahora que tendrá “presidente campesino”. El Barzón se ha revelado como una fuerza importante para plantear y exigir la resolución de los problemas torales que afectan al campo chihuahuense: las tarifas eléctricas para riego agrícola, el acaparamiento del agua, la devastación de los recursos naturales.
Por otro lado, ¿qué no ha sido el PRI quien desde siempre ha corporativizado, manipulado, aprovechado políticamente a los ambulantes? ¿No llevan la mayoría de sus carritos o de sus puestos los círculos tricolores o los emblemas de la CNOP? ¿por qué ahora se escandalizan los medios acríticos y echan toda la responsabilidad a los barzonistas? ¿Será que se teme que así como se rompió el monopolio tricolor del ambulantaje, se rompa luego el dominio draconiano que ejercen sobre los transportes materialistas o los taxistas o los camiones urbanos, como ya ha ido sucediendo, aunque sea tímidamente?
Que hay linchamiento mediático y político contra El Barzón, es un hecho. Que lo mueven los intereses de las trasnacionales mineras, de quienes se han convertido en acaparadores de agua, de pozos y de subsidios para tecnificación del riego, y de quienes éstos contratan para sembrar miedo, también es un hecho, lo mismo que la grilla de organizaciones corporativas priístas que ven amenazados su poder, su convocatoria y su lucro.
Si ahí quedara todo de por sí sería preocupante, pero lo es mucho más y más condenable cuando se percibe detrás de esta campaña, la participación del Gobierno del Estado. Porque muestra que en Chihuahua no ha bastado con acabar con los contrapesos en las instancias políticas, como son el Congreso, la CEDH y el ICHITAIP. Ahora se percibe que se quiere debilitar también cualquier contrapeso en el ámbito de la sociedad, desprestigiando, difamando, rafagueando a quien opte por la crítica y la disidencia.
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